Tweet Segui @dini912030 Maleta de Opiniones: junio 2012

30 junio, 2012

Carta del pobre al Estado de Chile


Al Estado de Chile:

Soy un chileno más que pescó su lápiz de pasta y una hoja de un cuaderno viejo, y se puso a escribir. En realidad no debería estar despierto tan tarde, pero no he podido dormir bien estos días. Tengo como una pena aquí adentro y no sabía a quién contársela. Podía escribirle al Presidente pero, ¡de a dónde me va a pescar! ¿Al Alcalde? ¡No, ese ni se aparece! A lo mejor escribo de aburrido porque quién va a querer pescar una carta de un pobre patipela’o que no le ha ganado a nadie en la vida, de un simple trabajador…

                Soy un pobre más. De esos que importan para las puras elecciones, de esos a que los beneficios no le llegan porque pudo surgir un poquito más que el resto, pero que no deja de ser pobre. De esos que siempre hablan en la tele, pero de los que al final nadie se preocupa. Estudié en un liceo fiscal y no terminé el cuarto medio. Bueno, en realidad lo vine a hacer después, con los años, ya casado con la vieja y con los niños crecidos. Me costó harto, pero fue lindo poder llenar ese vacío que tenía. No ve que uno trabaja y deja de lado los cuadernos porque la necesidad es más grande.

                Nací en una población al otro lado de la ciudad. Mi mamá pituteaba en hartas partes y hacía costuras. Mi viejo era carpintero. Se querían harto, se les notaba de repente cuando se tomaban las manos y se reían. Aunque el viejo de repente era malo, sobre todo cuando se tomaba sus buenos copetes con los compadres. Mi vieja nos escondía en la pieza para que no viéramos. Yo era chico y me acuerdo bien: una vez le estaba levantando la mano a mi mamá y me puse en medio. Era un mocoso yo, tendría unos ocho años. Pescó el cinturón y me dio harto rato, como enojado.

Pero, a pesar de todo, el viejo era bueno conmigo. Todos los días apartaba unas monedas y me dejaba comprar una bebida. Mi mamá me ayudaba con las tareas en las tardes, me acuerdo también. Más de grande le ayudaba al viejo en el trabajo. Y me quedó gustando la plata: al final, dejé de estudiar y me puse a trabajar. Le ponía el hombro todos los días. Después, conocí a la vieja y me enamoré. Salíamos al cine, la llevaba a pasear a la plaza y le compraba un algodón al carrito que se ganaba. Y bueno, haciendo maldades quedó embarazada. Ya después no pude volver al colegio y seguí trabajando. Nos casamos y tuvimos nuestros críos. No teníamos grandes cosas pero éramos bien felices.

                No puedo dejar de reconocer que me pegaba mis descuadradas también. Un par de veces me entretuve con una chiquilla por ahí y llegaba bien tarde. Un día me dije que no podía seguir en esas. Ahí, me acuerdo, cambié para mejor. No tomé más, me acuerdo, y ahí empecé a agarrarle el peso a los estudios. El profe me dio un contacto de pega y ahí empecé a surgir. Tanto fue que mi hijo mayor es el primero de su familia en entrar a la universidad. ¡Qué orgullo más grande, si ahora es todo un hombre! Ahí lo veo a mi pobre cabro, hasta las tantas de la mañana está despierto. Pero bueno, así es la vida del estudiante.

                A veces miro la casa, miro a la vieja y a los hijos y me da un poco de pena porque no les puedo dar un mejor pasar. Porque todos los días a veces los hijos se mueren de hambre porque no hay para darles para que se compren buena comida o no les puedo comprar una buena pieza de ropa. Me da rabia porque todos los días salgo súper temprano a trabajar y vuelvo súper tarde en la noche y siento que no gano nada. Es cierto, ahora podemos tener cable y un computador con internet, que sacamos a crédito con harto esfuerzo con la vieja. Pero bueno, siempre ha sido así y parece que las cosas no fueran a cambiar nunca.

                Es bien tarde ahora y debería estar durmiendo pero no puedo desde hace días. Las deudas me tienen acogotado porque se me va a vencer la tarjeta y no tengo cómo pagar la cuota. El agua parece que la van a cortar y el refrigerador está cada vez más pelado.  Ya le pedí prestado a mi cuñado y a la vecina de enfrente y faltan como tres días para el pago. He andado idiota por lo mismo y no he querido decir nada porque no quiero traer más problemas.

                Igual me da rabia porque aparte de que no hay ni una chaucha la casa se está goteando otra vez. La casa quedó así desde el terremoto, y porque se demoraron harto en venir a arreglar. Junté pesito por pesito, me dejé de comprar cosas por poner la plata en la libreta de ahorro. ¡Y, para qué, si nos dejaron aquí en la cresta de la loma y la casa era de mal material! La micro más cercana pasa como a tres cuadras y hasta las ocho nomás porque después asaltan. ¡Y los Carabineros pasan muy a la vez! Yo no sé, pero después como de quince años viviendo aquí siento que se rieron de mí en la cara, porque no sirvió de nada ahorrar tanto.

                La Municipalidad ni se preocupa del barrio. Puso unos juegos la otra vez pero después no se aparecieron más. Mi mamá está súper enferma y cuando me levanté de madrugada a hacer la fila para el consultorio justo no quedaban números porque el doctor no atendía. Y del bono ese que prometieron ahora recibo por un hijo nomás, porque el otro tiene más de 18 años, ¡Como si no el no comiera también, si vive conmigo! ¡Aparte, las 26 lucas que le dan no le alcanzan ni para diez días!

                Bueno, si escribo esta carta es porque conversando con el hijo, me dijo que le escribiera una carta al Estado, porque las cosas siempre han sido así y culpa nuestra no es: es de los que se llenan los bolsillos con plata y se acuerdan de nosotros para las puras elecciones nomás. Por eso me dio por escribir: porque me cansé de que las cosas sigan igual. Yo no puedo salir a protestar como los estudiantes y menos salir a quemar hasta las palomas de la plaza como los encapuchados. Pero sí sé que las cosas están mal y que no pueden seguir así.

                Por eso le pido a todas esas personas que son parte del Estado, a los políticos, a los Senadores y a los Diputados que no les cuesta nada subirse el sueldo pero que son súper amarretes cuando  se trata de subir el mínimo a doscientas, al Gobierno, a la Municipalidad, que haga algo porque esto ya no da para más. De una vez por todas póngase en mis zapatos y ayúdenos que para eso están: para hacer las cosas bien.
                ¿Se imaginen viviendo con el sueldo de este patipela’o? Bueno, si no pueden, entonces hágan algo bien de una vez por todas y pónganse las pilas por trabajar bien aunque sea una vez.

                El pobre. 

24 junio, 2012

Hastington y Pelelo: dos modelos pedagógicos.


El profesor Hashtington hace clases en el colegio “Halcones de Chicureo”, que se ubica en medio de dos cerros que no se asemejaban en nada a la capital del país, a pesar de estar a media hora de camino. Sólo se puede llegar allá en auto particular o en taxi concesionado con la misma empresa. En el establecimiento se impartían clases para todos los gustos: yate, remo, golf, polo, go karting, pintura renacentista, escultura griega, latín.

El profesor Hashtington era profundamente católico conservador y numerario, creía que los pobres eran un invento del socialismo y que se estaban armando contra la sociedad cristianamente establecida. Pensaba firmemente que los campamentos eran un invento de la Concertación y que los militares se habían pronunciado en aquel glorioso septiembre para poner fin a una célula más del comunismo internacional.

Su lugar de trabajo era un modelo a seguir: las profesoras eran regias –algunas con implantes recién estrenados-, excelencia académica, asistían hijos de gerentes, diplomáticos, empresarios y ministros. El bullying no existía, según él, porque eso lo pusieron en el debate los rotos que se quejaban de sus frustraciones con sus hijos. No costaba hacer clases: había de todo. Incluso un encargado del Ministerio de Educación trabajaba allí.

El profesor Hashtington trabajaba en una escuela ideal, a la que muchos aspiran.

El profesor Pelelo, su primo, es docente en la escuela Z-408, de la población “las gaviotas”. Está en medio de una población y cerca de un basural donde abundan los ratones y escasean las áreas verdes. Al colegio llega la mayoría de las micros que van para el centro, claro que cuesta un mundo para cruzar porque entre abuelitas, motos, cabros chicos, carritos maniseros y otros varios la gente se demoraba mucho.

El profesor Pelelo pensaba que esos niños no cambiarían nunca, que eran desordenados porque sí, irrespetuosos, insolentes. Eran contestadores, no hacían las actividades de la clase, no traían las tareas de la casa. Como eran pobres –por culpa del canoso ese lleno de tics que, cuando subió al gobierno, borró con todo lo que había dejado la Presidenta-, no había mucho que hacer: estaban condenados a una vida de trabajo pesado. No confiaba en que muchos salieran del barrio a trabajar en oficios mejores.  

El colegio era hijo de la Reforma: se había ganado buenos proyectos de mejoramiento y no tenía mal puntaje en el Simce. Había electivos de: brigada medioambiental, educación cívica, radio, literatura y pintura. A pesar de que era parte de la red Enlaces, la mayoría de los computadores no funcionaba y entre tres tenían que compartir uno. De las colegas es mejor ni hablar: la más longeva trabaja desde los tiempos de los radicales. 

El profesor Pelelo trabajaba en una realidad común, de la que muchos quieren escapar.

Uno de los grandes errores de las teorías pedagógicas y de los programas que forman profesores es que no tienen una vinculación con la realidad y no toman en cuenta los contextos múltiples que posee Chile. Muchos hacen pedagogía para las utopías, es decir, preparan para contextos ideales, como el del profesor Hashtington.

No obstante, tampoco se trabaja con la motivación y la transmisión de valores dentro de la sala de clases, y no se cree que quienes están a cargo de un docente puedan salir del eterno círculo de la pobreza. Es decir, se hace pedagogía para el sujeto funcional, es decir, para una persona que debe internalizar las pautas mínimas del sistema conocidas como contenido. Precisamente el refuerzo positivo no era el fuerte del profesor Pelelo.

Es importante trabajar para todos los contextos y no sólo para los que nos convienen, y  no pensar sólo en transmitir contenidos sin motivación. Fuera de correr el riesgo de tener entre 20 a 50 personas en formación que corren el riesgo de desmotivarse y no aprender nada significativo, peligra el docente como un profesor integral.

Al fin y al cabo, el profesor Hashtington y el profesor Pelelo son dos modelos pedagógicos que pueden encontrarse en algún punto, más allá de que sean parte de la gran familia pedagógica.  

A Jorge, Luis y Priscila; por no perder, a pesar de los años, la capacidad de crear, jugar y soñar.

21 junio, 2012

Orgullo naranja


Hoy la UFRO está en medio de un nuevo ciclo político, muy interesante de analizar porque hoy, principalmente, sabemos quién es quién y cuánto pesa en la Universidad. Hoy no sólo aumentó la cantidad de listas que aspiran a la Federación, sino que el interés de muchos por participar y las personas que pertenecen al mundo político de lleno. Era un gran desafío pendiente que esta noche ha quedado en parte superado.

Sin embargo, hoy para dos listas esta noche ha marcado una pausa en su andar. Hoy nuestra Universidad ha hablado y ha dado un veredicto claro y contundente.

Un voto es un signo de confianza y una apuesta de futuro. Quiero agradecer a cada persona que se informó de nuestro proyecto, que vio la fuerza con la que defendimos las convicciones, que apreció en nosotros los ideales que realmente los representaban. Su voto no ha sido en vano: es el inicio de un trabajo que no se detiene y que muy prontamente seguirá dando muestras de que no nos quedamos sólo en las palabras.

Juntos, representamos el 27% de la universidad. No desaprovecharemos el trabajo realizado y las esperanzas que depositaron en nosotros.

Estamos conscientes: siempre hay detalles que mejorar y autocrítica que hacer. No somos menos al reconocer nuestras falencias y las cosas que nos faltaron. Recogeremos cada crítica, cada consejo, cada observación y la transformaremos en proyectos para seguir adelante. Esta es nuestro camino, esta es la forma de seguir siendo la voz de los que hoy no tienen voz.

Quiero agradecer muy personalmente a cada persona que se informó sobre nuestras propuestas, que leyó el programa, que lo criticó, que preguntó, que fue a los foros, que creyó en nosotros. A cada pulgar arriba y felicitación, a cada una de esas voluntades que hoy se manifestó. Es gratificante este tremendo apoyo en la primera incursión política de quien hoy les escribe. Sepan que seguiré trabajando con más motivación, más fuerza y más orgullo por todos.

Este camino lleno de sobresaltos se debe a un equipo de trabajo que dio más allá de lo posible para que esta utopía estuviera más cerca de esta realidad. A Ronald, Angelo, Ingrid, Paula, Felipe, Simón, Valentina, Amaru, Alejandro y a todos quienes trabajamos desde lo que mejor sabíamos hacer, gracias. Hoy este sueño no se acaba: seguirá vivo con la seguridad que dan las convicciones.

Hoy esa bandera naranja que flameó orgullosa y altiva como los sentimientos que hoy nos embargaban se mostrará más alto desde hoy. Los valores de la transparencia, la inclusión, la tolerancia, el pluralismo y el amor a la verdadera y efectiva democracia estarán más altos que nunca. Estén ciertos que seguiremos trabajando para que, desde lo más pequeño, surjan las grandes transformaciones que nos lleven a ese mundo mejor que todos queremos.

Nuestra marcha hacia las utopías no se detiene: continúa.  El presente es nuestro tiempo y será más naranja que nunca.
¡Viva el futuro! ¡Viva la UFRO! ¡Viva el mae!

Niebla


Ella decía que le faltaba seguridad y motivación. No hablaba, pero con los ojos se denotaba que, por más empeño que le pusiera a los estudios, no era capaz de sentirse confiada de todo lo que repasaba para las pruebas. No bastaba con memorizar, con leer tres veces lo que había comprendido antes, con conversar por las noches todo lo que encontraba en los textos.

Pero nada. Llegaba a las pruebas, las miraba, respiraba, trataba de acordarse de lo que había repasado y nada. No le había quedado nada, según ella, de la noche anterior.

El problema no era sólo cuando le pasaban las notas -porque con las respuestas que ponía sabía que le había ido mal-, era cuando conversaba las respuestas que había colocado en la prueba y se decía: “¡pero si yo le iba a poner eso, pero como tan tonta de haberla cambiado!”

Estaba tan atareada con el tiempo que no tenía por las mil cosas que le encargaban, que no tenía idea sobre lo que debía hacer. Cuando se daba el espacio para pensar no podía creer lo amarrada que estaba a los trabajos y las noches de sueño corto. Lo peor era que no tenía escapatoria y en algún punto en la vida, no muy lejos de esa noche, tendría que hacerlo todo.

A lo mejor las cosas se explicaban por lo que le había pasado en la vida: nunca fue la mejor del curso y nadie le decía que ella realmente podía. No era de muchos amigos tampoco y jamás quiso brillar –algunas veces porque no podía, otras porque no quería- frente al resto de sus compañeros.

Aunque, en el fondo, ella sabía que podía. Pasó un día que iba caminando a la casa y había tanto humo que no se veía nada a más de media cuadra.

Se detuvo dos segundos cuando en una ventana de esas casas bonitas que había cerca de donde vivía vio una escena que la conmovió: un auto enorme del cual se baja un hombre, entra a la casa y la mujer y su hijo no le hablan. El, al segundo siguiente golpea la mesa  y las dos personas corren al segundo piso. Aterrada, siguió su camino.

En la casa de junto, otra escena le llamó mucho la atención. Un abuelo con su nieto llorando a mares. Miraban una y otra vez un papel y no paraban de llorar. La madre llamaba desesperada y, cuando le contestaron, trataban de hablar. Ninguno se miraba. El papel parecía, de lejos, entre aviso de embargo y cuenta del agua.

Cuando llegó a la casa, saludó a su madre, a sus hermanas y a su gato. Comió medio emocionada y subió a su pieza. Aunque tenía mil cosas que entregar prefirió tirarse en la cama con la luz apagada a pensar. La luz artificial de la luminaria de la calle se parecía mucho a las de las casas que había visto un rato antes. Miró al techo, respiró hondo y se dijo:

“Las cosas malas no le pueden ganar a mis ganas de salir adelante. Esos niños se merecen que me vaya bien para que a ellos les vaya bien. Yo sé que puedo”.

Acto seguido se puso a terminar sus trabajos y a poner todo de sí para que en la prueba le fuera bien.  

13 junio, 2012

Qué se juega en las elecciones de la FEUFRO.


No, no es una simple elección lo que se está jugando dentro de la Universidad de La Frontera. La casa de estudios más grande de La Araucanía hoy está en período de elecciones. A diferencia de años anteriores, la expectación, el interés y el abanico de listas que se juegan este puesto de importancia aumentó. Variados sectores son los que compiten. Y, para no dejar a nadie desinformado (para que después no digan que nadie les avisó) veamos qué es lo que se juega la próxima semana.

Cabe señalar que no sólo se compite por la conducción interna de la universidad, sino que por el equilibrio de fuerzas dentro de la Confech. Las universidades dirigidas por la denominada “ultra” (Concepción y Católica de Valparaíso) tienen dos votos dentro de la Mesa Ejecutiva, contra dos de los sectores más moderados (Universidades de Chile y Católica). La única que falta es la de La Frontera, por lo que este resultado determinará en gran medida la conducción del movimiento estudiantil para este año.

Y la pregunta del millón: ¿Qué ofrece cada lista?

La Lista A, “Avancemos”, utiliza como base la Plataforma Estudiantil “Avanzar”, que es el nombre electoral de la Unión Nacional Estudiantil y la Fuerza Universitaria Rebelde, en su mayoría. La primera, en su manifiesto, hace un análisis de la situación imperante desglosando muchos de los problemas del momento chileno actual. En esta línea, buscan articular  aglutinar el trabajo de las masas para oponerlo al capitalismo y luchar por la “gran batalla del pueblo por su emancipación”. La segunda, de manera muy parecida, es una “organización política estudiantil que se nutre de la teoría revolucionaria marxista” que busca construir el “sujeto revolucionario”. Quiere diagnosticar las necesidades del pueblo, creyendo a pies juntillas en que “la militancia revolucionaria es un embrión del sujeto que construimos” (buscando que) “la organización política debe constituirse como los pies del pueblo”.

La pregunta central es: ¿Para qué? Su programa nos puede dar luces de lo anterior.

A pesar de lo repetitivo discursivamente se encuentra que quieren luchar desde el conocimiento para generar conciencia en los demás, utilizar a las agrupaciones “que les sirven” para canalizar la lucha y utilizar a las artes y las ciencias como medios para ello. Es decir, tienen un programa utilitario que, como explícitos herederos de las movilizaciones, lleve a la UFRO a ser centro de su acción. Cuánto control ejercerán sus símiles del país hacia ellos si es que salen elegidos sólo el tiempo lo dirá.

La Lista C, “Construyendo” tiene como base el colectivo social “A Construir”, formado hace muy poco tiempo. Es el piso político de la actual Federación, que lleva como Presidente a Felipe Valdebenito, líder actual. Una gestión que ha tenido progresos como la reciente instalación de la lavandería estudiantil (proyecto presente desde marzo pero que se inauguró hace sólo unas semanas), pero fuertemente cuestionada por la poca rendición de cuentas, la poca preocupación por difundir hacia el final del movimiento estudiantil del año pasado en su fase más crítica las instancias de reunión, y por no poseer bases sólidas que permitan validarse como una verdadera alternativa de permanencia. Es más, en una reciente entrevista radial a radio universal, uno de sus miembros señaló que se declaran continuadores de la gestión anterior, pero que se desmarcan como nueva alternativa.

¿Contradicción? Que el público juzgue.

Esta lista, en su programa, se muestra en la misma tendencia que la lista anterior, señalándose en el primer foro debate de las listas que estuvieron en conversaciones pero que no llegaron a acuerdo. Si bien se plantean como una alternativa más moderada que la anterior porque dotarían de mayor autonomía a los centros de estudiantes pretenden “ordenar el trabajo político” y “fomentar la participación”. La pregunta es con qué fin. A pesar de que se denota experiencia de gobierno previa, el gran cuestionamiento es cómo confiar si es que quien quiere seguir al mando ya no emprendió estas tareas en su minuto.

La Lista M, “Muévete por más” está compuesta en su mayoría por personas independientes, con apoyos de algunas colectividades políticas. Con integrantes provenientes desde distintos sectores de la universidad, lidera esta alternativa Ronald Kliebs, integrante de varias agrupaciones estudiantiles. Sus miembros, que en esta oportunidad han recibido el apoyo de miembros de simpatías socialistas y comunistas, han articulado un trabajo eficiente que levanta una alternativa que deja lejos el poder de los partidos y apuesta por la democracia, la transparencia y la inclusión.

Pero, ¿Cómo se ha de creer que no quieren poder por el poder o que no son títeres de los partidos?
Una diferencia sustancial de su programa es la existencia de una carta de principios que los avala y a la que sus miembros se han comprometido a respetar. Asimismo, plantean trabajar fuerte con las agrupaciones estudiantiles indistintamente de sus fines, trabajar por la triestamentalidad y contribuir al trabajo político tomando como primera meta articular una verdadera comunidad universitaria. Proponen que, sin ello, no es posible levantar una alternativa seria frente al país, a diferencia de las gestiones anteriores.

Finalmente, la Lista X “Somos Ufro”, que nace a partir de “#UFROescucha”, una plataforma virtual que en principio sólo se opone a los paros, ha manifestado que no avala la violencia de “extremistas”. Es muy poco lo que se puede decir de ella, fuera de que agrupa a estudiantes de mayoría del área de las ciencias. Entrega una síntesis programática semejante a una declaración de principios en la que, en sus cuatro ejes, subvalora el rol de las agrupaciones estudiantiles y no se aventura por el trabajo político.

Este es el panorama que, a grandes rasgos, se juega en los próximos días. Siempre es bueno fijarse en quiénes son las personas, su trayectoria histórica y, por medio de sus programas, ver qué harán con la Federación de Estudiantes si es que llegan a ella. Porque, al final, eso es lo que se pone en juego: qué pasará con el movimiento estudiantil, el trabajo social y la articulación de los distintos sectores dentro y fuera de la Universidad de La Frontera durante un año. 

04 junio, 2012

Lista M: hacia la verdadera comunidad universitaria.

Quiero enviar, antes que todo, un saludo fraterno a todos quienes han leído este blog en este tiempo de ausencia, tanto en Chile como en el extranjero. Es un honor saber que tanta gente comparte los ideales de una sociedad más justa y mejor mediante el acuerdo, el diálogo y la tolerancia. 

Hoy es necesario volver para contarles una historia. La Universidad de La Frontera, una casa de estudios regional, en la zona más pobre del país, tiene miles de estudiantes con sueños y aspiraciones comunes. Todos, desde nuestros ámbitos más diversos de acción, aspiramos a cambiar la sociedad poniendo todo de nuestra parte. 

No obstante, hay algunos que lo hacen desde la exclusión y la imposición, y otros que aspiran a que todo cambie para después cambiar las voluntades. Muchos miran desesperanzados desde afuera, como queriendo cambiar las cosas. No lo hacen por miedo a ser encasillados de "amarillos" o de no ser bien recibidos en muchos lugares.

Esto ya no da para mas. La participación en instancias políticas es bajísima, mientras que la unión de estudiantes en agrupaciones que toman las herramientas del presente para cambiar el mundo desde lo más pequeño aumenta. Nuestro país está cambiando, nuestra sociedad cambió. La política se ha quedado estancada sin responder a los nuevos tiempos.

Hay quienes decidimos no esperar y tomar el sentir de los estudiantes y hacer algo. 

Es por esto que se ha reunido un grupo de personas de distintos sectores, carreras y áreas del conocimiento para cambiar esta realidad y sentar las bases para articular a estudiantes, funcionarios y académicos. Desde ingeniería hasta la pedagogía, desde la sociología hasta la medicina: todos somos parte. Somos personas que pensamos antes de actuar, que dialogamos antes de gritar, que no dudamos en conversar para llegar a los grandes acuerdos. Elaboramos un programa que recoge las aspiraciones de quienes no necesariamente votan y  tienen voz. Hoy, somos todos parte. 

Los invito a todos a que vean nuestras metas y nuestras propuestas, que las consulten y las hagan suyas. Queremos llegar, con todos, a ser una Federación realmente participativa e inclusiva, en un proyecto nunca antes visto. En los siguientes días daremos a conocer nuestras propuestas concretas de acción para que perciban que no nos quedamos sólo en las bellas palabras, sino que creemos en la acción social directa. 

Un abrazo a todos.