A Ana Stipicic y quienes la acompañan en la defensa de la tierra que los ha visto crecer, y a todos los que, de alguna manera, comparten el mismo sueño.
Hagamos el siguiente ejercicio. Ubique, en un mapa, Isla Riesco. Ahora, aleje el mapa y ponga la vista en la Región de Magallanes. Finalmente, mire a Chile completo, no perdiendo de vista la distancia entre Huasco, Santiago y el territorio mencionado. ¿Qué significa, entonces, este lugar en el concierto nacional? Para el que no vive allí, un pedacito de la nada.
La vía chilena al desarrollo se ve desde la perspectiva nacional, dejando de lado la preocupación por la diversidad de territorios y los problemas que acarrea este camino. En palabras simples, es mejor sacrificar un trocito de tierra que el progreso del país. Hay que pensar en grande y, por ello, hay que hacer un esfuerzo en pos de todo el beneficio futuro. Ese es el discurso oficial.
Así piensa la Minera Invierno, quien pondrá una piedra más en los errores de nuestra senda hacia la luz mundial.
¿Conexiones entre Copec y el grupo Angellini, dueño de una parte del país, e Isla Riesco? Mas de las que cree, incluso a nivel de Gobierno. Precisamente será una de las divisiones de este gran conglomerado la que extraerá el carbón que Chile necesita para su futuro económico, quien posee uno de los complejos de explotación carbonífera más grandes del país.
¿Y será buen carbón siquiera? Nada más lejos de la realidad. Le cuento como es el proceso. En esta isla, que es una reserva de vida con especies de flora y fauna únicas en su especie (como el Martín pescador), se explotaran cinco grandes yacimientos de carbón que se chancarán en un puerto construido especialmente para estos fines. Los camiones que transportarán el carbón no llevan techo: con los vientos de Magallanes el polvillo volara muy lejos, contaminando, a corto y mediano plazo, todo el lugar. ¿Y a donde va a parar el carbón extraído?
¿Y durará mucho tiempo? 15 años a lo sumo. La empresa se compromete a cubrir los yacimientos una vez explotados faltando poco para poner la vida en garantía. Pero, seamos claros, sinceros y directos: ¿Cuántas empresas cumplen con los compromisos adquiridos más allá de lo que le exige la ley en los plazos estipulados? Un grupo muy reducido que es excepción a la regla.
Dos casos podrán ilustrar el futuro de Isla Riesco.
Tómese cinco minutos para dejar Facebook de lado y busque en Google “Huasco termoeléctrica”. Lea las notas que salen, las fotografías que nos muestran vagones llenos de desechos expuestos que la gente se ve obligada a respirar, los olivos muertos en la lucha por respirar debido al efecto de aquel humo que con ese traidor blanco salido de las calderas mata de a poco a un pueblo hundido sin tener escapatoria más que convivir con él.
Luego, busque “Ralco”, la clave para entender la grave contradicción de nuestra vía al desarrollo: el de correr a la gente a cualquier precio con el fin de instalar el proyecto en beneficio de la masa con un progreso nacional mal entendido.
Este ejemplo podrá ilustrar el caso de Isla Riesco: un proyecto que promete la copia feliz del Edén pero que, con el tiempo, dará paso a promesas incumplidas y disculpas por el daño cuando la isla ya está destruida irremediablemente.
Se puede hacer algo. Tenemos los medios, la información disponible, el legado de la historia, la voluntad de personas comprometidas con una justa petición a la autoridad. Esta experiencia debe servirnos para comprender que hay alternativas para nuestro desarrollo energético, por ejemplo, apostando a la especialización energética regional y a la búsqueda de nuevos motores de energía aprovechando las ventajas del territorio. Tenemos las herramientas, más de algo podemos hacer.
Es preciso mover las voluntades antes de presenciar la inauguración del cementerio más grande de la Región de Magallanes. Aun es tiempo.
Esta columna contiene algunos aspectos generales del proyecto que pueden servir para comprender mejor sobre lo que tanto se habla. Si quiere averiguar más información, en http://www.alertaislariesco.cl/
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