Tweet Segui @dini912030 Maleta de Opiniones: Identidad nortina, un aporte a la discusión.

25 marzo, 2012

Identidad nortina, un aporte a la discusión.


¿Qué define al norte chileno? ¿Lugares típicos como San Pedro de Atacama, el Morro de Arica o el Valle de la Luna? ¿El desierto que todo lo cubre con un manto eterno de sol y sequedad? ¿El valor de nuestros hombres salitreros que, con muchísimo esfuerzo, sacaron de las entrañas de la tierra lo que alguna vez hizo grandes a los que manejaban el país? No tengo la respuesta. Sin embargo, se pueden aportar algún par de elementos que pueden contribuir, en algo, a la discusión sobre el permanente tema de la identidad.

En tiempos en que a lo local se lo come –literalmente- lo global, siempre es bueno rescatar el valor de lo propio, por ende, quererlo. Pero, ¿Se puede querer algo a ciegas, sin recorrer los cimientos que lo conforman?

Desde esta perspectiva, Chile se extiende desde Coquimbo hasta Concepción, lo que conforma un núcleo que exporta su identidad al resto del país para poder conformar lo que se conoce como “identidad nacional”. De ahí vienen las guerras de Independencia, las empanadas, la chicha, el vino, la fruta. Esto fabrica un paquete completo que, en gran parte, nos hace sentir “parte de Chile”.

El Estado Nacional chileno, en un lago proceso de conformación, necesitaba consolidar sus frágiles bases. De ahí la necesidad de avalar la guerra para mostrarnos fuertes ante nuestros vecinos y los accionistas ingleses, y el requerimiento fundamental de expandir nuestras tierras para ser vigorosos por dentro. Es así como, en sucesivas batallas, se incorporaron “anexos” a los cuales siguió la imposición del “concepto Chile”.

Toda vez que se consolida la llegada de colonos o militares, según sea el caso, se impone la identidad chilena (este “concepto Chile” del cual les hablo), para luego extraer de las comunidades locales todos los elementos que pueden aportar a la construcción de la identidad nacional y mostrar al Estado chileno como algo “de todos”.

Es así como el resto del país conoce al hombre de la pampa como un sujeto social valorable y parte del “roto chileno”, a los lugares turísticos como componentes de la identidad nacional, a la Guerra del Pacífico como un hito celebrable desde Arica hasta la Antártica. Lo demás, no le interesa.

No creo, personalmente, que estemos ante el fin del Estado chileno tal como lo conocemos. Sin embargo, estamos en medio de una crisis transformadora que cambiará el sistema de relaciones entre los gobernantes y los gobernados. El nivel central, por obligación, deberá entender que las regiones merecen una mejor tajada de las que se les ha dado hasta ahora, y los habitantes de éstas deberán comprender que la comunidad organizada puede más.

Es momento de que el norte chileno se dé a conocer no sólo por sus lugares característicos o por su desierto imponente. Es tiempo de que reflexione sobre lo que lo compone y reflexione si es que es realmente parte de Chile para que exija lo que le corresponde y sea capaz de incorporar, a este análisis, el elemento histórico. Es momento de dejar de tomar al norte como un anexo y valorarlo, desde la heterogeneidad, como parte del país.

El norte se lo merece. Es su hora.

No hay comentarios: