Tweet Segui @dini912030 Maleta de Opiniones: Refundemos la ciudad de Temuco.

23 julio, 2013

Refundemos la ciudad de Temuco.

La historia de la ciudad de Temuco es una analogía de aquel origen traumático de la sociedad chilena, allá por el siglo quince de nuestra era; esto, puesto que como he señalado en ocasiones anteriores, nuestro Chaimahuida nace desde el encuentro de dos culturas que tenían una visión del espacio y de la vida muy diferentes entre sí, en un contexto en que el Estado buscaba aquí anexionar estas tierras para generar un nuevo proyecto que trajera progreso y bienestar. Incluso, la generación de una “tercera raza” laboriosa a partir de elementos chilenos y mapuche.

Es preciso relevar ante las y los lectores de este medio de comunicación lo que la OCDE ha señalado respecto de Chile y que toca a la ciudadanía toda: El que Temuco es la segunda ciudad más desigual de Chile, tan solo superada por Santiago, y a la que suceden Concepción y Chillán. Es decir, si restamos a la capital, somos la capital de las desigualdades al centro de la pobreza y, por qué no decirlo, de la injusticia en el sentido más visible de la palabra. Cabe cuestionarse entonces, ¿Qué ha señalado nuestra primera autoridad comunal al respecto? ¿Cuánto destina el Municipio  frente a esta problemática del presupuesto anual que maneja, cercano a los $58.000 millones de pesos? Creo, existe una nebulosa al respecto.

Existe una obsesión en el mundo político y empresarial por los diez puntos básicos que se han definido en el marco del City Tour que propicia la Municipalidad, y por la Avenida Alemania. Fuera de ello, Temuco es invisible y ajeno. Se vive bien en el Portal de La Frontera, mientras que en Pedro de Valdivia y Santa Rosa existen contadas calles a las que las acompaña el pasto. En los sectores rurales falta el agua, mientras que en Amanecer la ciudad no se conecta con el río. En Pueblo Nuevo es cada vez más notorio el aumento del parque automotriz debido al avance de las inmobiliarias, mientras que en San Antonio faltan las líneas de microbuses.
Pero, por sobre todo, nuestra ciudad es gris y carece de vitalidad. Nos falta arte y música en nuestros barrios, ciclos de cine y talleres de fotografía, poesía pintada en sus murales y jornadas de alfabetización histórica y cívica. Por cierto, fomentar la conexión entre las organizaciones de base de manera horizontal para presionar a nuestras autoridades para que respondan con soluciones efectivas a estas realidades que carcomen ese mito que plantea que la ciudad es perfecta y nada pasa en ella.

La excesiva atención sobre el fútbol como medio de cohesión social desvía la atención sobre las transformaciones profundas que requiere nuestra urbe. Nos falta crear Rutas del Caminante y del Ciclista, consistentes en recuperar las fachadas y las franjas verdes, generar espacios de descanso con paraderos, arbustos, teléfonos públicos y puntos donde separar la basura. Estamos al debe con la habilitación de espacios especiales para adultos mayores y para todas las manifestaciones deportivas que se expresan en nuestro espacio compartido. Necesitamos cambiar la configuración de nuestros espacios públicos combinando las máquinas de ejercicios con otros puntos que generen sociabilidad.

Pero fundamentalmente, también tenemos que organizarnos y ponernos en marcha para batallar por esos cambios. Todas y todos tenemos en nuestras manos el poder de hacerlo; es cosa de coraje, fuerza, energías compartidas y mucha voluntad. El Chaimahuida, este lugar de encuentro, lo requiere. Nosotros lo necesitamos y el futuro lo agradecerá.

La lógica que ha sostenido siempre la ciudad se basa, más que todo, en cambios cosméticos que ocultan las transformaciones espaciales profundas que requiere nuestro Temuco. Por ello, desde la vitrina que entrega este medio de comunicación y apelando a la condición de la ciudadanía entera, independiente del rol que cumpla, lanzo la invitación a vivir un nuevo proceso empujado por nosotros: Refundar nuestra ciudad. Especialmente en los sectores que se han visto más desfavorecidos por este modelo de desarrollo, es tiempo de pasar de la queja a la organización, y de las eternas peticiones al trabajo por nuestro entorno.

Por medio de esta columna hago eco de la invitación que extiende la agrupación Defendamos la Ciudad de Temuco, por medio de su Presidente, Daniel Sandoval, y de quien escribe, su nuevo Vicepresidente. Si no existen los espacios necesarios, es tiempo hoy de crear nuevos que respondan a los ritmos del cambio social. La puerta que podemos abrir de cara al mañana es inmensa y la tarea es noble y ardua en pos del cumplimiento de las utopías que no están tan lejanas. De nosotros depende hacer que Temuco ya no tenga la vergonzosa posición de la segunda ciudad más desigual de Chile.

El Chaimahuida, o más conocido como Agua de Temu, nuestra tierra, hoy desde su toponimia nos invita a hacer carne este término.  Es, creo, un buen punto de partida para encontrarnos como ciudadanía toda y comenzar un nuevo proceso de regeneración de las estructuras existentes y de corrección de las desigualdades territoriales como medio para que todas y todos vivamos en una tierra mejor.


Es tiempo de que juntos refundemos la ciudad de Temuco. 

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